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domingo 9 marzo 2025, 10:24 AM Por: Diego San Román
El Atlético más anodino de la temporada, gris, en ocasiones contaminado por la desidia y sujetado por un penalti polémico marcado por Sorloth, desperdició la oportunidad de ser líder tras caer 2-1 ante el Getafe, que en tres minutos, entre el 89 y el 92, remontó un 0-1 en contra con un doblete de Mauro Arambarri.
Hubo justicia poética para el Getafe, que acumulaba década y media sin ganar al Atlético de Madrid. Bordalás había conseguido anular a Simeone a base de pizarra. Tenía todo a favor para darle la puntilla y un penalti dudoso por mano de Alderete mandó todo al traste en el minuto 75, cuando Sorloth abrió el marcador desde los once metros. Sin embargo, Arambarri, en dos fogonazos, acabó con la maldición de su equipo ante el Atlético y firmó una victoria memorable en el Coliseum.
A las puertas de otro derbi, inmerso en la pelea por todos los títulos, sin tiempo para tomarse un respiro y sin margen de error, el calendario condenó al equipo de Simeone a superar una prueba incomodísima en el Coliseum. El Getafe, pese a su tremendo déficit ante el Atlético en los últimos quince años (27 partidos seguidos sin victorias), si tenía el día podía generar mucha incomodidad a su rival.
Simeone, por tanto, no podía rotar demasiado. Tenía que ganar sí o sí para aprovechar que el Barcelona no jugó tras la suspensión de su encuentro y ocupar así el liderato. Aún así, el técnico argentino apostó de inició por quitar a Giménez y a Pablo Barrios para darles descanso. Trasladó a Llorente del lateral derecho al centro del campo y dio la titularidad a Nahuel Molina.
Sin embargo, Lenglet, con problemas físicos en el calentamiento, se cayó de la alineación a última hora. El descanso de Giménez quedó aplazado para otro día y el Atlético saltó al césped del Coliseum con un once continuista respecto a la derrota frente al Real Madrid en la Liga de Campeones. Prácticamente los mismos estaban obligados a volver a la senda de la victoria.
A José Bordalás le dio por cambiar de estrategia. Se alejó de la presión asfixiante que caracteriza a sus equipos, dio varios pasos atrás y apostó por esperar al Atlético de Madrid. Y también renunció al juego directo, dijo adiós a los pelotazos e intentó tocar la pelota. Piezas tenía para ello con Milla, Terrats y Arambarri en el centro del campo.
También sorprendió arriba con Uche y Álvaro, dos portentos físicos para pelearse con Giménez y Le Normand. Además, apareció el joven Coba, más habilidoso y carne de banquillo en las últimas jornadas. Dejó en el banquillo a Juanmi y a Mayoral, sus delanteros más reconocibles y con mejores números. Y con ese esquema, triunfó. Por lo menos en la primera parte, en la que el Atlético no hizo absolutamente nada.
De hecho, su jugada más peligrosa fue un disparo de Griezmann fácil para Soria. No hubo nada más. El Atlético feneció entre su propia espesura, su ausencia de verticalidad y anulado por la espera del Getafe, que por contra sí consiguió jugar la pelota, amedrentar con Coba en sus duelos con Nahuel Molina y gozar de una ocasión clarísima justo antes del descanso: la tuvo Uche con un cabezazo a bocajarro a la salida de un córner que envió a las manos de Oblak.
Simeone no tardó ni un segundo en intentar agitar el partido. Del vestuario, el Atlético salió sin De Paul y sin Lino y con Correa y Barrios. El conjunto rojiblanco no podía tirar a la basura otros 45 minutos. Tampoco mejoró durante el primer cuarto de hora. El choque seguía parado y se jugaba al trote. Por eso salió Sorloth, por si en una jugada directa saltaba la liebre.
Ni con esas. Y encima, el Getafe, muy descansado por la ausencia de esfuerzos, decidió echarse arriba ya con Mayoral en el césped. Bordalás tenía el partido donde quería para la última media hora, con el Atlético perdido en un laberinto que parecía no tener salida. Esa fue su apuesta, que sus jugadores llegaran al final fuertes físicamente y con opciones.
Podía salir bien o mal. Estaba dispuesto a dejar más huecos cuando podía seguir encerrado atrás e intentar mantener el 0-0. Y cuando todo pintaba fatal para el Atlético de Madrid, apareció el VAR para arreglar la papeleta a los hombres de Simeone. En un centro que fue a rematar Le Normand, la pelota rebotó en el cuerpo de Soria y salió despedida hacia una mano de Alderete. El árbitro, Cuadra Fernández, vio las imágenes y pitó un penalti más que discutible que transformó Sorloth.
El noveno tanto saliendo desde el banquillo del atacante noruego parecía ser suficiente para el Atlético en uno de sus peores partidos de la temporada. Pero aún quedaba tiempo para el Getafe. Correa ayudó con una entrada temeraria a Djené que le costó la roja. Entonces, Arambarri se reactivó con dos llegadas que acabaron con un equipo que jugó con fuego, se quemó y se quedó sin un liderato de prestigio antes del derbi contra el Real Madrid en la Liga de Campeones.
EFE/Foto: EFE