Próxima emisión en vivo:
El deportivo de la U a las 4:00 PM
jueves 24 abril 2025, 07:48 PM Por: Edwin Santana
Real Valladolid ha certificado su descenso a Segunda División, el tercero en cinco años, ya que, desde la llegada de Ronaldo Nazário a la presidencia del club blanquivioleta, el primer equipo perdió la máxima categoría en la temporada 2020/21, en la 2022/23 y en esta 2024/25, tras otra abultada derrota (5-1) ante el Real Betis.
El astro brasileño que, supuestamente, venderá en breve la propiedad por la que pagó 30 millones de euros en 2018, no pudo cumplir su promesa de que el Real Valladolid jugara la 'Champions'. Más bien ha sido testigo de un descalabro mayúsculo un año sí y otro no, puesto que a los descensos les sucedió un ascenso inmediato a la siguiente campaña.
Algo que resulta del todo extraño, porque, si bien es cierto que los recién llegados a Segunda División suelen partir como favoritos en la lucha por estar en Primera División, no es habitual que lo consigan, pero, en el caso de los blanquivioletas, se logró en dos ocasiones, bajo la batuta de Ronaldo.
Se podrían analizar muchas variantes, deportivas, vinculadas a la gestión o a decisiones personales con poca lógica, y todas ellas llevarían al mismo final: un Real Valladolid que vuelve a caer al pozo, ese que se eliminó del estadio José Zorrilla de la mano de su actual presidente, para mejorar la seguridad del mismo.
Bien es cierto que el club ha realizado una importante inversión para mejorar las infraestructuras, pero la afición no solo quiere un escenario bonito al que acudir a animar a sus jugadores, sino, sobre todo, que estos salgan a darlo todo por el escudo, que también causó una agria polémica entre los aficionados, hasta que se logró recuperar el antiguo.
?5?1? ? FINAL DEL PARTIDO#RealBetisRealValladolid @VolvoPalausa pic.twitter.com/elKi5CjMYV
— Real Valladolid C.F. (@realvalladolid) April 24, 2025
Quizá el principio de este último fin fue mantener a un Paulo Pezzolano que protagonizó el anterior descenso y que, aunque fue el artífice del nuevo ascenso al curso siguiente, ya había causado un importante daño respecto al vínculo con la afición, merced a su actitud altiva y provocadora.
Con ella, según dijo, su pretensión era fijar toda la atención y crítica del público hacia su persona, para que los futbolistas no se vieran alterados y pudieran responder en el campo como se esperaba, cosa que no sucedió. Pero cómo se dieron buenos resultados, eso quedó enterrado.
Luego, tras la inesperada destitución del director deportivo, Fran Sánchez, las cosas siguieron de mal en peor. Domingo Catoira, su sustituto, no dio pie con bola a la hora de vender y comprar jugadores, porque dejó irse a los que más aportaban, y trajo a otros que no han estado a la altura de Primera.
La venta de Boyomo dolió, y mucho, dando paso a un período de incertidumbre respecto a la parcela deportiva, que aún se mantiene, porque si hay algo evidente es que se ha errado en las operaciones realizadas tanto en el mercado de verano como en el invernal.
Y si ya se inicia la construcción del edificio poniendo mal los cimientos, lo único que cabe esperar es que este se derrumbe más pronto que tarde. No es cuestión de nombres porque ha sido el equipo al completo el que ha fallado, se mire por donde se mire.
DOLOR Y PERDÓN.https://t.co/V9omQ8YZhz pic.twitter.com/Y7RCbBUogF
— Real Valladolid C.F. (@realvalladolid) April 24, 2025
Eso sí, dos de los jugadores -Luis Pérez y Latasa- protagonizaron una pelea narrada y transmitida en directo por las cámaras de televisión, que no fue más que el fruto de tanta frustración, tensión, impotencia y rabia interna, ante un descenso que se veía venir prácticamente desde el primer día.
Ni el uruguayo Paulo Pezzolano, que no pudo mantener su discurso ante la falta de victorias, ni el argentino Diego Cocca, que se dio de bruces con la inoperancia de Catoira en el mercado de fichajes, ni ahora el riojano Álvaro Rubio, han podido hallar las coordenadas acertadas para variar el rumbo de navegación.
Quizá porque el problema es que los que han saltado al terreno de juego no han tenido ni la actitud ni la aptitud necesarias para plantar cara a rivales de Primera División en la mayoría de los partidos. 16 puntos en 33 jornadas resultan absolutamente esclarecedores en este sentido.
No ha habido competitividad. Y en muy contadas ocasiones se han salvado de la quema. Es más, estas han quedado solapadas por la bochornosa imagen mostrada en encuentros como ante Getafe, Atlético de Madrid, Athletic o Villarreal, por poner solo algunos ejemplos y que han culminado con el 5-1 en el Benito Villamarín.
Y a todo esto, Ronaldo Nazário, más preocupado por la presidencia de la Confederación Brasileña de Fútbol -que ha rechazado de plano su proposición, en vista de su gestión en el Cruzeiro o en el Real Valladolid- o de jugar al tenis que de apoyar y confortar al equipo.
El "Ronaldo go home" ya se ha hecho más que viral. Los aficionados, ante la deriva que muestra la entidad, están deseando que la venda y que, a ser posible, haga efectiva la transacción con inversores locales o vinculados a Valladolid, lo que igual es mucho pedir a un empresario que aspira a rentabilizar lo aportado.
Hay un refrán que dice "bueno te hará el que detrás vendrá", y puede que sea así en este caso, porque a muchos se les ha olvidado que, gracias a "O Fenómeno", muchos han conocido Valladolid y ahora saben situarlo en el mapa, y que cogió el club con una importante deuda que ya está prácticamente saldada, o que puso dinero de su bolsillo para ampliar el capital.
Nada de eso es digno de admiración si el equipo no gana. Así es el fútbol. Si no hay resultados, no hay nada, todo se ve desde un prisma negativo y no se encuentran resquicios para valorar las cosas buenas, que aunque parezcan pocas, también las ha habido.
Ahora solo queda mirar hacia delante, volver a pasar página, trabajar en un proyecto fiable para la próxima temporada, en Segunda División, con jugadores comprometidos que demuestren sus ganas en el césped y buscar soluciones a los numerosos conflictos que han surgido durante esta aciaga campaña.
Quizá sería una buena opción hacer una limpieza a fondo, en la dirección deportiva, fundamentalmente. Ya sea Ronaldo, porque prefiera no vender hasta que el primer equipo recupere su estatus, o el que se atreva a tomar las riendas de un club que ha ido perdiendo efectivos con el tiempo, según se iba hundiendo el barco.
Con información y foto de: EFE