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martes 23 abril 2024, 01:28 PM Por: Edwin Santana
Kenia Vanessa Lechuga Alanís está emocionada porque se acerca el tiempo de la cita con su tercera asistencia olímpica, la cual considera como algo emotivo porque llega con más experiencia y además a una sede que no conoce, “a pesar de que he viajado mucho, no conozco París pensé que no llegaría”.
La competidora mexicana está emocionada por vivir su tercera asistencia olímpica, y lo compara como aquella sensación cuando tuvo su primer llamado en Río 2016 a la edad de 22 años, “era algo inusual, mis primeros Juegos Olímpicos, estaba nerviosa y no me lo creía”.
Sin embargo, a ocho años de distancia y ya con dos citas veraniegas -luego de Tokio 2020-, la cual consideró como diferente por lo que vivió la humanidad a causa de la pandemia, la remera se sinceró al decir que por un momento creyó que no llegaría a París 2024.
“Siento que entre más ha pasado el tiempo, más valoro lo que hago. Cuando me empezaron a llegar las lesiones fue justo cuando dije, tengo que disfrutar cada día y cada oportunidad que se me da, porque aún mi cuerpo está funcionado”, señaló en entrevista con el Comité Olímpico Mexicano (COM).
A principios del año pasado estuvo un poco alejada del remo por una lesión en la cadera, situación que mantuvo en vilo porque el deseo de acudir a otros Juegos Olímpicos se desvanecía; pero el destino y su entereza la dieron otra oportunidad.
Compitió en el Mundial en Belgrado y logró la histórica medalla de plata, eso la motivó para seguir. Recordó que en sus primeros Juegos Olímpicos en Río 2016, “la verdad es que estaba muy nerviosa. Una noche antes de competir no dormí nada, para mí era algo muy nuevo y algo muy grande, sentía demasiada presión”.
Pero conforme avanzó el tiempo y llegaron las competencias, la regiomontana se fue adaptando a otro nivel de vida competitiva hasta cumplir con Tokio 2020, una justa que considera diferente a Río 2016, “porque tocó la pandemia, y siento que no se disfrutó tanto, además la pista que nos tocó tampoco estaba tan bonita”.
“Era como una pista en medio de dos paredes de concreto, no había mucho que ver. Para mí hasta ahorita Río ha sido mi número uno y, pues, creo que París se viene como mucho más grande y con altas expectativas”, añadió.
La también participante de un reality de televisión sostuvo que cada justa veraniega encierra su magia, “todas las pistas son diferentes. Creo que eso es como lo especial. Generalmente siempre son pistas naturales en lagos en medio de paisajes o montañas. Eso las hace especial y únicas”.
En relación a su embarcación Lechuga Alanís consideró que, si bien en el Mundial en donde se alzó con la medalla histórica de plata en Belgrado lo hizo en una categoría diferente, “al final es exactamente el mismo. Es la misma distancia, es el mismo bote, es la misma persona. Lo único que cambia es la categoría”.
“Yo soy peso ligero y en Juegos Olímpicos únicamente hay pesos abiertos; pero al final se entrena para lo mismo. No tengo que adaptarme a nada, solamente decir, competir contra mí misma y al final hacer la mejor marca”, abundó.
Kenia Lechuga está preparada para todo, su deporte no es estratégico, sólo requiere de fuerza y determinación desde la primera remada, “no hay estrategia, es salir y dejar todo desde el principio. No puedes guardar una remada de que ahorita aquí le bajo, aquí le subo. Es ir con todo, es ir a full hasta el final de los 2 kilómetros, aunque te duela el cuerpo”.
La medallista panamericana sabe de su explosividad y ese factor será determinante en París 2024, “quiero llegar con todo, tengo potencia para las salidas y estoy mentalmente fuerte. Llevar el bote al máximo”.
Con información y foto de: Prensa Comité Olímpico Mexicano